El éxito detrás de la práctica.

Fuente: https://hijodevecino.net
Por: Miguel Alfonso Perez.

Para alcanzar el éxito en la práctica espiritual (sādhanā), todo aspirante y sin importar su escuela filosófica, debe cumplir con dos elementos imprescindibles y muy famosos: abhyāsa y vairāgya. La traducción más difundida de estos dos términos sánscritos sería “práctica” y “desapego”.
El mismo Śrī Kṛṣṇa (Krishna) en la Bhagavad Gītā (VI.35) dice que con esos dos medios se puede controlar la mente. Hoy me quiero centrar en el primer elemento que, en cierta forma, es fundamental para alcanzar el segundo y al cual el sabio Patañjali define en los Yoga sūtra como “el esfuerzo para lograr la estabilidad [mental]” (I.13).
La parte importante, para mí, es cómo debería ser ese abhyāsa y, siguiendo a Patañjali, esto es (I.14):
O sea:
“Esta [práctica] se torna firme cuando se practica durante largo tiempo, ininterrumpidamente y con consideración”
Evidentemente, si uno quiere volverse experto en algo, ya sea la mente, tocar la guitarra o hacer āsanas dehaṭha yoga, debe practicar durante largo tiempo (dīrghakāla), pues no se puede esperar que el punteo deStairway to Heaven nos salga el primer día.
Sri Swami Premananda siempre decía que todos estamos buscando “atajos” hacia la iluminación y que el primer paso en el camino espiritual es la paciencia. Por supuesto que hay personas que han tenido una “iluminación” espontánea, pero son excepciones, y conviene saber que la mayoría de santos, maestros y sabios han pasado largos periodos de intensa práctica antes de “conseguir” algo.
abhyasa1
En su ameno y entretenido comentario a los sūtrasSri Swami Satchidananda explica al respecto:


“Si te pido que repitas un mantra y te digo que por hacerlo te volverás más calmo y experimentarás hermosas cosas en tu interior, regresarás a casa, lo repetirás por tres días y luego me llamarás: ‘Lo he repetido por tres días pero no ha pasado nada. Quizás este mantra no sea el adecuado para mí. ¿Puede darme otro diferente?’ Por eso Patañjali dice ‘durante largo tiempo’, aunque no dicecuánto tiempo”.
La segunda condición es practicar de forma ininterrumpida (nairantarya), pues si uno lo hace de forma esporádica la fuerza de los arraigados (malos) hábitos antiguos supera los beneficios generados por la práctica y es muy difícil desarrollar un cambio. Tanto esta condición como la anterior son obvias y es en parte a ellas que abhyāsa se traduce muchas veces y directamente como “práctica constante”. Sobre esto el yogui Sri Andrei Ram dice:
“En el camino del yoga el secreto es la práctica constante, porque al final no hay nada nuevo. Los mismos principios y las mismas técnicas practicados una y otra vez, hasta ser totalmente dominados, y con ese dominio ocurre la auto-realización”.
La tercera condición, que es practicar “con consideración” (satkāra), es el tema que, en realidad, me interesaba tocar hoy. Cuando, siguiendo a Òscar Pujol, traduzco satkāra por “consideración” hago una elección de entre las múltiples traducciones posibles de la palabra original: “respeto”, “seriedad”, “veneración”, “atención”, “sinceridad”, “cuidado”, “presencia”, “con compromiso”… Literalmente satkāra se podría traducir también como “hecho (kāra) con verdad (sat)”.
Para empezar a entender este punto cito la explicación del mismo Pujol:
“Es importante que a la hora de practicar se haga con un cierto sentido de respeto y consideración por la tarea acometida: es decir, que no se practique rutinariamente o a disgusto, de un modo forzado ni aplicando de una forma demasiado violenta el poder de la voluntad”.
Teniendo en cuenta que la sādhanā, sea la de la escuela que sea, consiste en repetir una y otra vez lo mismo hasta dominarlo, es necesario que nos guste eso que hacemos. Conozco un par de casos de personas que fueron obligadas a aprender un instrumento musical de niños/adolescentes (piano, violín…) y que si bien ahora ya adultos pueden tocarlo no quieren ni verlo… Es decir que esas personas practicaron durante largo tiempo y de forma constante, pero sin “consideración” y, por tanto, el resultado fue ineficaz, por no decir negativo.
Swami Satyānanda Saraswatī dijo una vez que si uno está involucrado en una sādhanā que le cuesta mucho, quizás debe plantearse que esa no es su sādhanā. Obviamente puede haber un cierto esfuerzo (levantarse temprano, controlar ciertas tendencias, encontrar el tiempo en esta vida agitada…), pero la idea que proponen los maestros es que cuando uno hace su práctica tiene que ser el mejor momento del día.
Justamente apelando a la alegría en la práctica, el citado Andrei Ram dice que si un yogui es demasiado serio (en el sentido de estricto y forzado) la energíakuṇḍalinī nunca le subirá por el “canal central”.
Por ello, de todas las traducciones que he leído de la palabra satkāra me ha gustado mucho la, quizás no tan literal, pero sí muy expresiva de Swami Vivekananda, en su clásico libro Rāja Yoga:
“La práctica queda firmemente establecida a través de continuos y constantes esfuerzos hechos con gran amor”.
No puedo decir que yo siempre haga mi sādhanā con pura devoción o amor, pero cuando logro ponerme en ese estado, no dudo de que ese sea el camino. La verdadera clave para que, entonces, mi práctica se vuelva constante, regular y duradera.